Queremos abordar este tema, partiendo de lo no están haciendo los países por combatir al zancudo Aedes agyptis transmisor del virus del dengue, la mayoría de los países más afectados por las arbovirosis no están creando soluciones, desde hace décadas permanecen estancados en programas preventivos y sistemas de vigilancia de poco impacto en el control de estos vectores, no existen herramientas tecnológicas en la región americana para el abordaje de estas y otras patologías, si bien es cierto que existen sistemas tecnológicos creados en algunos países como Perú que desde el año 2015 desarrollaba una aplicación móvil para la vigilancia contra el dengue que al día de hoy parece no haber tenido éxito, en otro ejemplo en la florida Estados Unidos se liberaron este año 750 millones de mosquitos genéticamente modificados llamados OX5034, una versión 2.0 de su modificación original del Aedes aegypti, a diferencia de la versión 1.0 diseñada para matar a toda la descendencia, el modelo más nuevo fue alterado genéticamente para transmitir un gen letal que solo mata a las hembras, esto como parte de un programa para controlar la población adulta de estos vectores y también como alternativa al uso de insecticidas, en Paraguay los análisis espaciales permitirán predecir epidemias del virus como el dengue, según la agencia espacial de este país este será un gran apoyo en la vigilancia epidemiológica, y así existen muchas otras aplicaciones creadas con la finalidad de predecir brotes epidemiológicos como la aplicación AIME (EPIDEMIOLOGIA MEDICA CON INTELIGENCIA ARTIFICIAL ) por sus siglas en inglés, que según sus creadores tendría una eficacia del 88% para predecir estos brotes, pero hasta donde sabemos al día de hoy no ha tenido resultados significativos, los anteriores solo por mencionar algunos ejemplos, no es tan sencillo desarrollar tecnología aplicada a la vigilancia de las arbovirosis y mucho menos predecir los brotes de estos virus pues dependen de muchos factores entre ellos ambientales y geográficos, sumado a que los mosquitos llevan siglos de evolución logrando perfeccionar su arsenal con éxito.
Mientras los países afectados por estos virus como dengue, Chikungunya, Zika y malaria no den un giro e inviertan en desarrollar sus propias tecnologías, adecuadas a sus necesidades e infraestructura y al nivel tecnológico de cada país, nuestra región seguirá estancada esperando recomendaciones de organismos como la OPS Y OMS, estas recomendaciones son las mismas desde hace una década o mas, todas dirigidas a la población y a los gobiernos, sin aportar soluciones de impacto o herramientas tecnológicas y nuevas estrategias, todo lo anterior da como resultado que países como Honduras, Nicaragua, Panamá, el salvador, México y el gigante suramericano Brasil sean de los más afectados todos los años por estos virus y en intervalos de varios años sean golpeados con grandes epidemias, principalmente de dengue, saturando los sistemas hospitalarios y generando cientos de muertes, principalmente en los sectores de menos recursos económicos.
Yo vivo en Honduras y he dedicado varios años a desarrollar algunas herramientas tecnológicas aplicadas para ejercer una vigilancia epidemiológica más eficiente, con mejores resultados, estas herramientas permiten realizar un monitoreo más fondo de los casos reportados, analizando mejor la información recolectada en las actividades de campo y combinándolas con una plataforma de mapas creada por nosotros, permitiendo mejorar las actividades de prevención y control de los casos reportados, mejorando así la vigilancia epidemiológica, estas estrategias disminuyen el uso de insecticidas contribuyendo así al cuidado del medio ambiente, permitiendo regenerar el ecosistema y optimizado el recurso humano en tareas focalizadas, nada de lo anterior se puede lograr si no invertimos en educación y actualización de nuestros colaboradores, brindándoles herramientas que eleven sus capacidades a otros niveles, emparejando el campo de batalla contra el mosquito y no dándole tantas ventajas como hasta ahora, es con este objetivo que hemos invertido parte de nuestro tiempo y de nuestros recursos en desarrollar estas herramientas sencillas pero potentes.