En los últimos 20 años las arbovirosis y en particular el virus del dengue afecto a la población hondureña con 537,631 casos según datos de la Organización Panamericana de la salud, sin lugar a dudas una cifra alarmante para un país tan pobre como nosotros, del total de estos casos 365,360 se reportaron en la última década representando un 68%, estamos entre los países más afectados en el continente americano, reportando en el año 2019 históricamente el brote más grande con 112,708 casos, a pesar de los esfuerzos de las instituciones por frenar el virus este se extendió por todo el país ocasionando la muerte de más de 180 personas, si observamos la siguiente grafica veremos que en los años 2013, 2014 Y 2015 se reportaron 126,788 casos un 34.7% de los casos de la última década, prácticamente una epidemia continua durante 3 años representando un gasto enorme para el gobierno sin resultados positivos.
En los últimos 20 años poco han cambiado las estrategias a pesar del desarrollo evolutivo del zancudo para ambientarse y reproducirse aun con los cambios climáticos y con nuestra ayuda pues le hemos brindado muchas ventajas hasta hora, un abastecimiento de agua permanente, el crecimiento demográfico descontrolado, sumado a la apatía de población para adoptar medidas de prevención y control en sus hogares.
Mientras el zancudo ha evolucionado, los sistemas de salud han permanecido casi estáticos, la falta de capacitación del personal y la escasa presencia de tecnología en estos programas hace imposible el control del vector, debemos de tomar medidas a lo interno y como país implementar algunos cambios sin esperar soluciones del exterior, replanteando las estrategias, invirtiendo en el capacitación del personal, desarrollando nuevas herramientas de control, prevención y readecuando algunas tecnologías que permitan nivelar la lucha contra el zancudo,
podemos ver en la siguiente imagen que en la región centroamericana Nicaragua ocupa el primer lugar en los últimos 5 años en casos de dengue reportados con 400,325 casos de los cuales 1,302 son dengues graves un 32% del total de casos, mientras Honduras ocupa el segundo lugar reportando 190,235 o sea 210,090 casos menos que Nicaragua, pero con 23,572 casos graves un 12% o sea 18 veces más casos graves que Nicaragua un porcentaje altísimo que represento la muerte de muchos compatriotas y un gran problema para la atención hospitalaria en nuestro país, uno de los más pobres en América.
Si bien a nivel centroamericano ocupamos el segundo lugar a nivel mundial también estamos en los primeros lugares ocupando el número 10 entre los más afectados por el dengue en el mundo, como podemos observar en la siguiente imagen por detrás de gigantes como Brasil, México y la india que nos sobrepasan por mucho en el número de habitantes si observamos en el año 2019 tuvimos 11 fallecimientos menos que México.
Estamos a las puertas de otra pandemia y según la Organización Mundial de la Salud esta podría ser generada por los mosquitos capaces de transmitir varios de estos virus entre ellos la malaria que afecta a una cantidad enorme de la población principalmente en el continente africano llegando a causar la muerte de miles de personas, muchos de estos son niños de corta edad, otros de estos virus son el dengue, el Zika el Chikungunya todos ellos circulan en nuestro territorio.
Los gobiernos deben de recapacitar no existen tecnologías que logren predecir brotes con anticipación por más que se publique en internet que en este o en aquel país alguien invento un sistema capaz de realizar dicha tarea es prácticamente imposible en la actualidad, entre muchas de estas tecnologías se mencionan la energía nuclear, tecnología geoespacial con satélites, aplicaciones móviles por centenares y mosquitos modificados genéticamente, todas redundan en lo mismo, llegando a la conclusión que si estas tecnologías fueran tan eficaces como dicen en muchos países ya deberían de tener controladas las arbovirosis y sería un problema menor para ellos.
Por estas razones en arbotecnologias.com estamos proponiendo soluciones para ayudar a las organizaciones que trabajan en la lucha contra estos virus y sus vectores, proporcionando capacitación con información actualizada sobre el comportamiento del vector, poniendo a su disposición herramientas tecnológicas adecuadas en prevención y control de estos virus y herramientas de análisis de datos readecuando herramientas existentes en este campo.